Pocas empresas han tenido buenas experiencias con la introducción de DevOps en las unidades tradicionales de desarrollo y operaciones. Los objetivos de los equipos tradicionales de desarrollo y operaciones son simplemente demasiado diferentes. La nube múltiple, en cambio, puede aportar un nuevo impulso. Ésta y DevOps son como las dos caras de una misma moneda.
Las arquitecturas de nube múltiple también han llegado a las pymes españolas: según Crisp Research, el 85 % de las pequeñas y medianas empresas de este país ya están estudiando detenidamente la nube. Y casi dos tercios (65 %) confían en la nube híbrida o la nube múltiple. Estas empresas están creando así las mejores condiciones para una cultura DevOps en la que el desarrollo y las operaciones trabajen en estrecha colaboración, en lugar de estrictamente por separado, como ocurría antes.
También se necesita urgentemente el nuevo impulso de la nube múltiple
La experiencia demuestra que las iniciativas DevOps dentro de los silos departamentales existentes suelen estar condenadas al fracaso. Mientras que la tarea tradicional de los desarrolladores consiste principalmente en lograr innovaciones, las operaciones se han ocupado hasta ahora sobre todo de mantener los sistemas en funcionamiento. Estos objetivos, a veces mutuamente excluyentes, se extienden incluso a los contratos de trabajo y no quedan simplemente obsoletos con la introducción de nuevas normas.
Cuando de repente los errores son bienvenidos
DevOps también implica una cultura de trabajo fundamentalmente diferente, por ejemplo, cuando se trata de la cuestión de la «cultura del error». Tradicionalmente, cadenas enteras de procesos, reglas de equipo e incluso cuestiones de remuneración se regulan según el principio del juego de la culpa: la responsabilidad de los errores debe aclararse primero, y la solución sólo viene después. La cultura DevOps es diametralmente opuesta a este enfoque. En esta cultura, un determinado error puede ser muy bienvenido porque hace avanzar todo el procedimiento en el sentido de un modo exploratorio que sigue el principio de «prueba y error».
La nube múltiple, por otra parte, prácticamente exige una colaboración global y puede reducir así el potencial de conflicto entre desarrollo y operaciones. El mejor ejemplo de ello son los contenedores: las empresas sacan el máximo partido de su infraestructura informática cuando se independizan de los proveedores y operan una estructura de nube múltiple con clústeres de contenedores globales. Esto, a su vez, reduce la fricción entre el desarrollo y las operaciones. Esto se debe a que los desarrolladores tienen todos los grados de libertad dentro de los contenedores y aún pueden estar seguros de que sus aplicaciones o microservicios funcionarán dondequiera que haya interfaces adecuadas. Esto aumenta significativamente la calidad de los despliegues.
Abordar juntos la nube múltiple y DevOps
Por el contrario, cualquiera que utilice múltiples ofertas de nube y siga confiando en los métodos de desarrollo tradicionales, como el modelo de cascada, está actuando como alguien que compra un Porsche y luego instala el motor de un coche pequeño. En palabras de la revista estadounidense para desarrolladores Infoworld.com:
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«La nube es realmente como un motor. Si no utiliza DevOps también, al menos un cilindro no se encenderá, probablemente varios. Y si utilizas DevOps sin la nube, el resultado será igual de malo. La nube y DevOps tienen una relación simbiótica».
Estos cambios en las condiciones marco plantean un reto especial para las pymes en particular
Esto se debe a que su desarrollo de software suele estar orientado a necesidades completamente diferentes a las de las corporaciones internacionales. Sin embargo, si una empresa quiere beneficiarse de los precios y el valor añadido de las tecnologías «best of breed», no hay forma de evitar una nube múltiple, para la que QSC, por ejemplo, ofrece servicios de operación, gestión y consultoría. A través de QSC, una empresa mediana no sólo tiene acceso seguro a servicios de nube pública de hiperescaladores, sino que también cuenta con la experiencia necesaria para operar una nube múltiple de forma competente.
Las métricas DevOps impulsan el cambio
Además de la nube múltiple, los ratios y las métricas son los impulsores ideales de las iniciativas DevOps. Son un medio indispensable para garantizar la transparencia con respecto al estado actual de las cosas. Después de todo, DevOps se puede medir: por ejemplo, la frecuencia y los canales de comunicación. ¿Hay reuniones periódicas entre Dev y Ops o sólo hay correos electrónicos esporádicos?
El marco CALMS para DevOps (CALMS: Cultura, Automatización, Lean, Métricas, Compartir) puede utilizarse para seleccionar y definir los KPI más importantes. Define las características de DevOps que son cruciales para el éxito. A partir de los ratios definidos y recopilados de este modo, se pueden derivar medidas para impulsar el progreso deseado. Es importante señalar que todos los parámetros medidos no pueden «trabajarse» uno tras otro, sino que deben abordarse simultáneamente, ya que están interrelacionados y son mutuamente dependientes.
Sin embargo, a las pymes establecidas desde hace muchos años les resulta especialmente difícil introducir DevOps. Esto se debe a que los empleados tienden a seguir caminos conocidos y a actuar según viejos patrones
